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Enmarcando las emociones

por Marcial del Rio


El interiorismo involucra todos y cada uno de los rincones de nuestra casa. Desde la elección de los colores en las paredes, hasta la última pieza de mobiliario y decoración.

Hoy quiero hablarles de algo tan cotidiano, pero no por ello menos importante a la hora desarrollar un espacio: Los Muros.


Los muros delimitan un espacio de otro, nos protegen y son los protagonistas a la hora de definir un ambiente. Son ellos, los que nos acompañan en todo momento al interior y exterior de nuestras casas y por ende ¡Es hora de tomárselos en serio!


Alternativas para engalanar o “Vestir” nuestros muros hay muchas. La más clásica- y no por ello la más aburrida- son los cuadros. Éstos son los que finalmente logran plasmar el carácter que queremos darle a cada uno de nuestros ambientes. Sin importar su valor económico, lo cuadros, bien iluminados y compuestos entre sí, siempre se transforman en una pieza digna de observación, sin destacar siquiera lo que tengamos al interior de un marco, con ingenio, buenas ideas y creatividad, éste siempre se convertirá en una obra de arte.


Lo importante es enmarcar objetos y piezas que amemos… que atesoremos. ¡Si! Démosle vida al cariño y un espacio en el hogar a nuestras historias, aventuras y viajes. Tapas de revistas, la entrada de algún concierto, pañuelos y hasta cortinas de baño entre muchas otras cosas, pueden, con la elección de los marcos correctos, convertirse en inigualables y únicas piezas de decoración. Como siempre digo, las ideas pueden mucho más que el dinero y en este caso no hay excepción.


Trabajar en nuestra casa es siempre muy gratificante. Lograr ambientes más cercanos y amigables, además de hacerlos más atractivos, los convierte en una indiscutible mejora en la relación con nuestro entorno más cercano y en una buena excusa para pasar mayor tiempo en nuestras casas. Los cuadros pueden ser el reflejo de nuestra alma, el inicio de un tema de conversación, el recuerdo de tiempos de antaño o de momentos inolvidables. Pueden reflejar la personalidad de una época o el sello de otra. Pueden ser una invitación a la nostalgia, a la alegría y la felicidad. Los invito a jugar con sus muros en familia y a colgar sus emociones.

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