Por Katherine Rahal
¡Hola a todos! Como ustedes me conocen a nivel profesional, hoy quería hablarles un poco de mi como persona, el significado de ser interiorista y sus diversos desafíos.
Primero que todo, al tomar la decisión de dedicarme al diseño de interiores, el desafío principal y que se presenta regularmente, es cuando el cliente no ha trabajado antes con interioristas y no conoce el verdadero proceso de los proyectos.
Por esto mismo, generalmente hago todo un trabajo de “psicología decorativa”, les explico lo importante del Brief inicial para conocerlos y saber cómo son, cómo viven, sus expectativas, qué esperan del proyecto y que buscan. También les explico de procesos, de los tiempos, lo diverso y detallado de esta profesión, la parte técnica y la implementación, todo de manera detallada.
Este primer punto es lo más importante a la hora de crear proyectos, ya que finalmente es la confianza cliente-interiorista que hace que los proyectos sean exitosos.
Por otro lado, me encanta hacer cosas distintas para mis clientes y por eso mismo me adapto a cada proyecto, nunca repito, me encanta usar el color en detalles y en los espacios, si bien me gustan los espacios monocromáticos, amo ese “toque de color” en algunos objetos, muros, arte, para iluminar los espacios de mis clientes.
A su vez, me gusta mucho mezclar muebles de líneas simples con detalles étnicos o clásicos, buscar esos detalles que hacen que sean únicos, buscar esos cuadros perfectos para el muro, mezclar temáticas, técnicas y tamaños, con el fin de reflejar la vida de las personas que viven en ese lugar.
Igualmente el motor que me mueve, es ver materializado lo que imaginas, esto no se compara con nada. Desde que empiezas los bocetos a ver construidos los espacios, es una experiencia. Crear desde la inspiración, jugando con los materiales, las texturas y todos los recursos disponibles, es una inyección de energía.
Me encanta descubrir y probar cosas nuevas de acuerdo con cada usuario final.
Sentir la emoción cuando entran y ven la transformación de sus espacios es pura adrenalina, realmente somos magos.
Por último, este año ha sido realmente un desafío, post pandemia vinimos a experimentar un alza en el desarrollo de proyectos residenciales, la gente se dio cuenta del bienestar que generan los espacios agradables, bonitos, bien pensados. El interiorismo se democratizó y ya no es percibido como un lujo. Vino para quedarse y elevar el habitar.
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